La última semana de la Ley Bases en el Congreso: apuntan a concluir su tratamiento, pero el escenario sigue incierto
El Gobierno apunta a que esta semana se termine el tratamiento legislativo del proyecto de Ley Bases y el paquete fiscal, con el objetivo de que este martes 25 y el miércoles 26 se dictamine en Diputados y se sesione el jueves 27 de junio. Todavía sin un escenario sólido sobre cómo encarar las modificaciones devenidas del Senado, la incertidumbre continúa sobre el polémico apartado de Ganancias y las empresas a privatizar.Durante la última semana, los dialoguistas mantuvieron reuniones tanto entre ellos como con José Rolandi, el vicejefe de Gabinete, y algunos se pronunciaron públicamente sobre cómo buscan afrontar el retorno de los proyectos que, hace más de un mes, fueron aprobados en Diputados con 140 votos afirmativos, 103 negativos y 6 abstenciones en general. Todo indica que apuntarán a insistir con el proyecto original. Ya no hay vuelta atrás: tanto la Cámara de Diputados como el Senado aprobaron el primer paquete de leyes que envió el presidente Javier Milei y, ahora, los Diputados no pueden voltearlo. Sin embargo, el Frankenstein todavía se sigue construyendo.Si bien fue aprobado en general, la votación en particular en el Senado dejó afuera la reversión de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y la reducción de Bienes Personales, dos puntos clave de la reforma fiscal, así como también dejó afuera a Aerolíneas Argentinas, Radio y Televisión Argentina y Correo de las empresas a privatizar en Bases.Como publicó BAE Negocios, las medidas que pueden tomar en Diputados, según ampara la ley, contemplan la aprobación de algunos cambios e insistir con la versión original en otros. Los puntos espinosos todavía generan dudas sobre qué modificaciones van a incorporar. Sin embargo, tanto el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, como el presidente de la Cámara, Martín Menem, fueron claros con que esperan que esta semana se resuelva y el presidente Javier Milei ya anticipó un cambio de etapa para este segundo bimestre de gobierno, con la sanción de los proyectos.Los dialoguistas que no responden a los intereses de sus provincias -llamados, puertas adentro, los diputados sin tierra-, oscilan sobre si quedar pegados a la reversión de Ganancias. Ya en su media sanción tuvieron números ajustados, con 132 votos positivos: como su rechazo en el Senado no fue con mayoría especial, necesitan 129 para poder insistir. Es decir, que no se bajen más de 3 adhesiones.Este punto es particularmente sensible para los gobernadores, que coparon de llamados a los radicales cuando se enteraron de que la Cámara alta terminó por descartar la zanahoria coparticipable. Francos fue personalmente a pedirles a los diputados que insistan con la versión original en ese punto, pero para algunos radicales eso no basta y piden que el Gobierno Nacional ponga más énfasis públicamente en esta petición, así ellos no quedan como la cara del aumento impositivo para la clase trabajadora, especialmente con las elecciones a la vuelta de la esquina."Tiene que ser un pedido explícito del gobierno, que decidió demagógicamente eliminarlo junto con (el exministro de Economía y candidato presidencial, Sergio) Massa en el proceso electoral. Nosotros nos opusimos y ya lo hemos acompañado tres veces. Es inédito que un espacio político que no desea integrar el gobierno, por cuarta vez esté dispuesto, por responsabilidad y cooperación, a aumentar este impuesto, pero debe haber un pedido claro que el Ejecutivo lo necesita para sus objetivos económicos", expresó el jefe de la bancada, Rodrigo De Loredo.Con respecto a la privatización de Aerolíneas Argentinas, RTA y Correo Argentino, la decisión pasa por una interna radical que divide las aguas en dos niveles: entre cámaras y dentro del propio bloque en Diputados.La eliminación de estas empresas fue un gol que metieron algunos radicales disidentes en el Senado, con ayuda de los dos santacruceños que ajustaron aun más la balanza con sus ausencias, y forzaron a que el Gobierno decidiera, finalmente, acotar la lista de privatizaciones para que el artículo no sea rechazado. Además, según le confesaron a este medio, así se ganaron la delegación de facultades, ya que los radicales sintieron que, como habían cedido en ese punto, debían devolverle el favor.Pero Francos desconoció esa táctica como un acuerdo y, si bien al principio le encomendó a los diputados la decisión de qué hacer con las privatizaciones, finalmente estos últimos días se acercaron a trabajar una estrategia para que efectivamente se insista con la lista que se aprobó en Diputados con 138 votos afirmativos.Fue una decisión improvisada. El cambio de opinión en torno a las empresas fue tomada sobre el pucho y, en principio, el plan era directamente presentar otro proyecto de ley aparte sobre las privatizaciones. Sigue siendo el plan B, en caso de que Diputados opte por aceptar la lista del Senado.Sin embargo, De Loredo ya se mostró a favor de insistir, al menos con Aerolíneas Argentinas, junto con el PRO y LLA. "Nuestro bloque, ya por una amplia mayoría, se expresó al respecto. Es inconcebible que una empresa aérea que tiene un déficit diario de 1.400.000 dólares sea sustentado por los sectores más humildes para que viajen los más pudientes con tarifas subsidiadas", publicó en X.De todos modos, la "galaxia" -así se autodefinen- de los radicales en diputados no comparten una visión unificada y hay quienes, tras el pedido del bloque que conduce Eduardo Vischi en el Senado, creen que deben respetar esos cambios. Están haciendo un esfuerzo para no dividir más la fracción entre Cámaras: "No es que lo que llegó desde Diputados estuviera mal, cada cámara tiene su dinámica y sus características intrínsecas, en razón de su representatividad. Que aparezcan matices o diferentes puntos de vista es sano", dijo el senador, poniendo paños fríos sobre la interna.Sobre el otro pedido de Francos, la reducción de Bienes Personales, no parece haber mayores discrepancias, ya que todos los bloques coinciden que la aprobación de Blanqueo, en la reforma fiscal, no tiene razón de ser sin el apartado de Bienes Personales. A su vez, el apoyo sobre este punto en su media sanción fue holgado, con 142 votos a favor, 106 en contra y 2 abstenciones.Otro punto clave es el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que aunque fue aprobado, sufrió de muchos cambios en el Senado y hay un sector fuerte que se resiste a aceptar el pedido de Francos de incorporar esas modificaciones -el único acuerdo con el Senado, según él-. Provenientes del PRO y de LLA, hay quienes sostienen que, si bien toman en cuenta que el Ejecutivo está contento con el RIGI del Senado, creen que hay ciertos puntos que en la versión original fueron mejores.Todo indica que van a aceptar las aclaraciones que hicieron con respecto al fomento de pymes y productores locales, que incluye un artículo que establece que "se deberá contratar a proveedores locales en al menos el 20% de la inversión total destinada a proveedores", siempre y cuando la oferta de proveedores se encuentre disponible y en condiciones de mercado. Eso es lo que le interesa al Ejecutivo, mientras que lo que no ven con buenos ojos es la limitación del alcance del régimen, que en el Senado fue acotado a sectores específicamente de forestoindustria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas."Eso es solo una parte del RIGI, no todo. Hay otras modificaciones del Régimen que no vamos a aceptar y vamos a insistir", deslizaron diptuados de LLA en diálogo con este medio la semana pasada. Si Francos quiere unificar el criterio, em estos días lo terminará de definir, aunque sea para tener el buen gesto con los legisladores de la Cámara alta.Otro de los puntos que obtuvo modificaciones fue el apartado de Modernización Laboral, que incluyó sanciones por bloqueos a empresas. Eso fue festejado por el bloque radical, autor de la reforma, así que probablemente sea ratificado por la bancada de De Loredo, pero la división es con Hacemos Coalición Federal, que también había generado trabas en este aspecto durante las negociaciones en abril, y deslizaron miradas reacias a los cambios del Senado.